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¿Otra vez de mudanza?

Hay gente que parece que constantemente estuviera de mudanza. Se cambian de vivienda dentro de la misma ciudad sin que dicho cambio esté relacionado con cuestiones laborales o de otra índole, sólo responde a las ganas y a veces hasta la necesidad de cambiar de domicilio.

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Recuerdo cuando nos mudamos la última vez. Fue una tarea estresante tanto en lo físico como en lo emocional. El recuerdo de aquellos sentimientos me han hecho preguntarme por qué nos mudamos.

Tenemos que partir de la base de que nuestra primera “casa” es el útero materno y por ello los cambios de domicilio que no responden a cuestiones externas, están íntimamente relacionados con el embarazo y los primeros años de nuestra vida.

Estando en el vientre materno y hasta los tres años de vida, si nuestros padres vivieron varios cambios de casa, es decir hablaron el idioma de “mudanza”, yo viviré en mi propia vida situaciones de mudanza para ser fiel a lo que viví en ese período fundamental de mi vida. Es decir, si mis padres o en especial mi madre, hablan ruso, yo hablaré ruso. Si mis padres hablan felicidad, yo hablaré felicidad; si mis padres hablan mudanzas, yo hablaré mudanzas. Todo lo vivido en mi temprana edad, en lo que llamamos el proyecto sentido gestacional, es lo que me va a definir a lo largo de mi vida ya que está en mi estructura o en mis células.

Siguiendo con la idea simbólica de que el útero es mi primera casa, y que esta casa está dentro de mi madre, también será fundamental la relación que tengo con mi propia madre o con la energía materna en general. Si no me siento a gusto en este sentido, haré lo que sea para sentirme mejor, y en vez de tratar este problema desde la raíz, cosa que no es fácil porque puede implicar cuestionar nuestras relaciones, lo proyecto sobre la vivienda y así lo “resuelvo” cambiando de casa o cambiando los muebles de sitio una y otra vez.

Una vez dicho esto, podemos entender por qué hay gente que siente la necesidad de cambiar de vivienda, a pesar del estrés que conllevan estos cambios o de mover muebles casi de manera compulsiva.

Así que si este es tu caso, y tu familia está cansada de estos cambios constantes y te dicen que ya no quieren más mudanzas, por el bien de todos deja de proyectar, toma consciencia de lo que te está pasando y pide ayuda profesional para solucionarlo para que el próximo cambio, si lo hay, sea vivido desde la consciencia y no desde tu fidelidad a tus padres o a tu proyecto sentido.

Despierta y vive libre.

Vero.

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