El amor consciente
Últimamente se habla mucho de “lo consciente” en la incansable búsqueda de lo saludable. Y leemos y oímos: alimentación consciente, respiración consciente, mindfulness (que es consciencia plena), yoga consciente... A lo que se están refiriendo, es a hacer todas estas actividades estando presente de manera conscientes. Anclados en el aquí y ahora, viviendo la experiencia con todos los sentidos y sin estar perdidos en lo mental.
Pues existe por supuesto LA PAREJA CONSCIENTE o EL AMOR DE PAREJA CONSCIENTE.
Aquí quiero contarles todo aquello que NO es amor consciente incondicional, sino amor condicionado, limitado y lleno de ataduras y creencias limitantes inconscientes.
No estoy viviendo un amor consciente
- Mis fidelidades familiares me condicionan. Con esto me refiero a los programas y dramas familiares que me dominan, determinan, guían en las elecciones y controlan de manera inconsciente. Son condicionamientos transgeneracionales inconscientes del clan familiar al que pertenezco. Son desconocidos para mí y sin darme cuenta, a través de mi pareja, voy reparando la historia familiar.
Dramas familiares como la muerte de niños o jóvenes de manera injustificada e injustificables, violencia, ruinas económicas, exclusiones familiares, etc. Y tú dirás, ¿y qué tiene esto que ver con la pareja? Mucho más de lo que te puedes imaginar.
- Mi niño interior herido se apodera de mí. Todos tenemos un mini yo o niño interior con heridas que permanecen dormidas hasta que un suceso o una relación las activa.
Las heridas de la niñez son cinco: abandono, rechazo, traición, humillación e injusticia. Estas son fruto de las interpretaciones que hemos hecho de las conductas de nuestros padres o personas que ejercían esos roles siendo niños menores de 7 años. Y cuando esas heridas se abren, me pongo una máscara egóica que me “ayuda” a no sentir nuevamente dolor. ¿Te imaginas a un niño herido en una relación de pareja? Es la bomba, te lo puedo asegurar.
- Me proyecto en mi pareja siendo esta un espejo en el que me miro. Un espejo donde no veo luz, sino sombras y oscuridad, que son aquellas partes de mí misma que no acepto, que no reconozco como propias. Son esas cosas que me molestan y perturban y que tanto critico del otro.
Nuestro ego juega un papel fundamental hablándonos al oído y contándonos una historia imaginaria distorsionada que hacemos propia y creemos a pies juntillas y que pasa a ser “mi historia” de vida. Porque el ego también nos controla y nos confunde.
Encuentro este tema apasionante como mujer que vive en pareja y como terapeuta. ¿Tú también lo encuentras fascinante?
Debido a mi gran interés en el tema del amor consciente y el dolor transformado en sufrimiento que veo día a día en consulta, Laura Poveda y yo hemos decidido hacer un retiro de fin de semana para tratar estas cuestiones y mucho más.
Te invito a que te descargues el dossier informativo y te enteres de todos los detalles. Estaremos felices de que contactes con nosotras y nos digas: “chicas, me apunto”. Que así sea. Hecho está.
Buen día. Buena vida.
Vero.
