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Sufrir en pareja.

Es curioso ver en una sesión de pareja cómo dos personas que se quieren se enfadan, se maltratan, se echan cosas en cara, se insultan, se denigran la una a la otra. Desde fuera, como espectador es difícil e incómodo de observar. Todos hemos presenciado peleas de parejas amigas y es un espectáculo triste y embarazoso de ver. Como terapeutas podemos ver más allá de esos reclamos y descalificaciones.

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Cuando tengo a una pareja delante de mí, después de escucharlos, empatizar con ellos y entender sus quejas, siempre pregunto sobre sus familias, su crianza, su relación con sus padres, sobre sus experiencias vitales, porque son esas cosas las que hacen que estas dos personas adultas, inteligentes, responsables, funcionales se comporten como auténticos niños enrabietados y desconsolados.

Y me pregunto: ¿qué le pasó a esta persona para que se sienta así de desatendida y menospreciada? ¿Qué le faltó de niño que da igual cuánto la quieran, nunca es suficiente? ¿Por qué tiene esa sensación de abandono? ¿Por qué está cumpliendo un rol de niño o de padre en una relación de pareja donde los dos en teoría son iguales? ¿Por qué descalifica a la persona querida todo el tiempo? ¿Por qué cuando no le dan la razón se enfurruña y no atiende a razones? ¿Por qué en un momento dice una cosa y acto seguido dice lo contrario? ¿Qué le lleva a exigir amor sin tener en cuenta los costes de esa exigencia? Y así, puedo seguir haciéndome muchas más preguntas. ¿Y saben qué? Siempre detrás de estos requerimientos infantiles encuentro un niño muy dolido, sufriendo y con heridas emocionales que a día de hoy están en carne viva. Esta persona que tengo delante es un niño en el cuerpo de un adulto y eso es algo que hay que tener en cuenta y que hay que comunicar y hacer entender a esa pareja que viene a verte y que no puede entender porqué están sumidos en esa espiral destructiva de la que no saben salir.

Por supuesto que hay muchos más aspectos a tener en cuenta en un problema de pareja, pero el niño herido aparece tarde o temprano y es algo que no podemos ignorar porque en la medida que ese niño no se cure, boicoteará esa y todas las relaciones de pareja que tenga.

Descubramos a nuestro niño interior, démosle amor y así la vida y las relaciones fluirán, y si necesitas ayuda, ya sabes dónde encontrarme.


Buen día. Buena vida.


Vero.

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