A solas contigo misma
¿Disfrutas estando sola? Es una pregunta muy simple que, después del confinamiento y de las restricciones de movimiento del 2020 y 2021, requiere de una respuesta diferente.
Para algunas de nosotras el estar solas ha sido una experiencia desagradable o dolorosa. Ha hecho que sintamos una gran soledad interior, teniendo un importante impacto en nuestra salud mental. Pero para otras, el estar solas ha sido empoderador y lleno de disfrute.
¿Cómo ha sido tu confinamiento?
He escuchado a mujeres decir que ahora disfrutan haciendo cosas solas y que ya no tienen miedo de no estar rodeadas de gente o de amigos. También que están muy agradecidas por lo que estos meses tan extraños han aportado a sus vidas.
Entonces ¿qué podríamos hacer para sentirnos como ellas, felices de nuestra propia compañía?
De entrada, deberíamos sentirnos privilegiadas por poder disfrutar de este tiempo en soledad, eligiendo ver el lado positivo y celebrándolo.
Tampoco hay que centrarse en el móvil. Encuentra otras formas de entretenimiento que no sean deslizar el dedo sobre la pantalla del móvil hasta que te duela. Seguro que matar horas al teléfono no es lo único que se te ocurre y tampoco es una actividad reconfortante. Haz cosas, deja libre tu imaginación, se creativa.
Mejor ser proactiva. El disfrute no viene de repente. Tienes que buscarlo, ser proactiva; organizando actividades como si organizaras tu agenda. Mira tu serie favorita, visita algún lugar sola o intenta un nuevo hobby. La idea sería tener una cita contigo misma.
Tener accesorios que sirvan de apoyo. Salir a comer o cenar sola (bueno, cuando nos lo permitan las circunstancias). Pedir mesa para una puede ser intimidante, pero es cuestión de actitud. No digas “solo una” cuando te pregunten mesa para cuántos, después de todo tienes el mismo derecho que una pareja de estar allí. Siéntete fuerte y segura pidiendo esa mesa para ti.
Para sentirte más cómoda puedes llevarte una tableta, un libro o una revista, eso te ayudará a relajarte solo por el hecho de tenerlo en el bolso, aunque no lo uses (como el efecto de tener un analgésico en el bolso por si nos duele algo).
Te recomiendo esta experiencia de inmersión donde te darás cuenta de lo amable que es camarero, lo deliciosa que está la comida, la atmósfera del restaurante... Seguro que repetirás.
En una casa llena de gente, pide tu espacio y tu momento para estar sola. Muchas veces estando en familia con niños pequeños, podemos sentirnos muy solas si nos pasamos el día hablando solo con ellos, aunque los amemos con todo nuestro corazón. Rodeada de gente, pero sola, curioso.
Debemos preguntarnos por qué nos cuesta estar solas. ¿Qué me pasa cuando estoy sola? ¿Tengo sentimientos que quiero evitar? ¿Ese es el motivo por el que estoy en whatsapp durante tantas horas? Descubre estos sentimientos, hazles frente. Es el primer paso hacia el disfrute de estar contigo misma.
Párate a pensar en los beneficios de estar sola. Concéntrate en ti misma y en lo que te hace falta; en tus necesidades, en curar esas heridas que llevan tiempo sin cerrar, en cuidarte y mimarte. Y muchas cosas más. Si te dedicas tiempo positivo y sanador, te volverás más segura de ti misma, más serena, más asertiva y hasta podrás ayudar a los demás. Porque te sentirás muy a gusto en tu propia piel.
Reconocer que estar sola no es lo mismo que sentirse sola es importante. Aprende a diferenciar ambos estados y cuando te sientas sola, ponte en acción y aplica lo que hemos dicho arriba.
Como ves, al observar a la soledad de frente sin miedo descubrimos un nuevo mundo de posibilidades enriquecedoras. Donde la mejor compañía posible eres tú misma. Disfrútate sin miedos y sin culpa.
Buen día. Buena vida.
Vero
