Alcanzar tus metas
Alcanzar tus metas puede ser solo cuestión de tiempo. Escribir dichas metas en papel ayuda a que estas se cumplan. Es una forma de materializar un pensamiento y recordarlo.
Trazando el camino de baldosas amarillas
Creo poder decir que todos tenemos metas por alcanzar. Tanto a título personal como familiares. Proyectos que lograr o sueños que deseamos conseguir en un periodo de tiempo determinado.
Nuestras metas pueden ser muy variopintas. Algunas son más triviales y sencillas, pero otras parecen más complejas. Incluso algunas podrían parecer muy difíciles de alcanzar.
Pues bien, si quieres hacer que se conviertan en realidad, recuerda: ESCRÍBELAS EN PAPEL.
Está demostrado científicamente que, cuando documentamos nuestras metas u objetivos, nos ayudamos a nosotras mismas a cumplirlas. Por eso, cuando las escribimos nos damos una motivación extra para lograrlas.
Creamos un documento de ambición tangible. Esas metas en blanco y negro están allí y ni se olvidan ni se evitan. Es como adquirir un compromiso contigo mismo y ese papel es la prueba vinculante.
¿Por qué sucede esto?
Porque escribir nos ayuda a definir correctamente eso que queremos. Nos hace pensar cuán realista es y trazar así los pasos necesarios para lograrlas. Por lo tanto, es el primer paso para lograr tus metas.
Esa idea difusa, cobra forma. Lo que además te permite imaginarte en ese punto, en la meta y sentirte ganador. Como si ya hubieras llegado ¿qué sentirías?
¿Cómo tienen que ser tus metas?
Alcanzar tus metas requiere que estas sean posibles. Es decir, tienen que ser lo más específicas posibles. Suponer un reto para ti, pero que no sea demasiado difícil de alcanzar; importante y no algo trivial.
Los resultados de estas metas que te has marcado tienen que ser algo que de verdad valores. Es importante para ti. Deseas llegar a término por esos motivos que han ayudado a establecer dichas metas. Recuérdalos.
Las metas ya escritas tienen que estar a la vista para que sirva de motivación. Puedes colocarlas en un corcho en la pared de la cocina, por ejemplo.
Así las verás de manera continuada, cada vez que entres en la cocina. También puedes hacer varias copias y ponerlas en las paredes de distintas habitaciones. Incluso puedes llevar una copia contigo en la cartera.
Escribe esas metas con la fecha en la que te las has propuesto. Añade la fecha en la que quieres conseguirlas, los pasos que tienes que dar y que te van a ayudar a lograrlas. Es decir, tu hoja de ruta o camino de baldosas amarillas.
Empieza tu nuevo proyecto: alcanzar tus metas
Ya les has dado forma, te has imaginado tras conseguirlas, has trazado tu plan y llevas una copia encima. Todo listo para empezar tu camino hacia el triunfo.
Ahora puedes llevar una especie de diario de metas donde apuntar tus progresos. Esos pequeños pasos diarios o semanales que vas dando. Eso te permitirá, de manera rápida y fácil, repasar tus logros.
Y, si la meta es a largo plazo y requiere una secuencia de acciones en el tiempo, llevar este diario es casi imprescindible. En tus momentos de flaqueza (si los hay), te permitirá ver tu progreso ¡no tires la toalla!
Por supuesto, recuerda que, para obtener algo, necesitas sobre todo determinación y un gran deseo de conseguirlo. Tu motivación es algo que puedes potenciar tú mismo. Depende solo de ti.
Si tu corazón está realmente ahí, si las apuntas o imprimes, si las cuelgas a la vista, si llevas un diario de metas… El viaje hacia ellas será más fácil y las probabilidades de lograrlas mucho mayores.
Una vez dicho todo esto… ¿Sabes lo que quieres? ¿Estás haciendo algo por lograrlo? Si deseas “cosas” y no sabes cómo darles forma, llámame. Juntxs las perfilaremos y nos acompañaremos para conseguirlas.
Te espero para ayudarte en este fantástico proyecto de alcanzar tus metas. Buen día. Buena vida.
