Carta a mi miedo

Querido miedo,

Te escribo esta carta porque me voy de viaje con mi amiga Creatividad y seguro que te apuntas, que ya sé que te encanta acompañarme cada vez que hago algo nuevo y distinto.

Sé que crees que eres muy importante para mí, incluso a veces te he concedido el lugar protagonista y por eso no te voy a mentir, aunque esto debe cambiar, ya has sido el número uno en mi vida durante demasiado tiempo.

Noto que te esfuerzas mucho para destacar y también para hacerme sentir incapaz cada vez que estoy a punto de iniciar algo diferente e interesante. Sacas tu lado más atroz para que yo retroceda, para que me puedan la inseguridad o la incertidumbre.

Y déjame decirte que tu esfuerzo se ha visto recompensado con cada ataque de pánico que he sufrido en el pasado. Has hecho muy bien tu trabajo. Por eso te reto a que sigas esforzándote por estar presente, por seguir conmigo, si crees que es necesario.

Pero te voy decir algo por primera vez.

A partir de ahora yo también me esforzaré duramente para mantener mi foco en lo que deseo conseguir. Y mi amiga Creatividad irá a mi lado todo el tiempo y seguirá haciendo eso en lo que ella es tan buena: inspirarme, darme ánimos, fortaleciéndome y haciéndome sentir capaz.

Vamos a ir los tres en el coche, no te voy a dejar de lado porque hay suficiente sitio para todos. Ajústate el cinturón y ponte cómodo que es un viaje largo.

Pero, solo serás un acompañante. No tomarás decisiones, eso lo haremos mi amiga y yo. Escucharé tus sugerencias con respeto. No te excluiré de las actividades que hagamos, pero tampoco te haré caso.

Es decir, tendrás voz, pero nunca voto. No tocarás los mandos del coche, no tocarás el mapa, no sugerirás desviaciones, no elegirás la música ni decidirás la temperatura. No podrás decidir nada de nada.

Y otra cosa que debes saber desde ya: la que conduce este coche soy yo.

Dicho esto, es decisión tuya si te vienes de viaje con Creatividad y conmigo. Salimos en unas horas.

Chau.

Buen día. Buena vida.

Vero