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El desorden me pone nerviosa

El desorden es lo normal para unos y un motivo de tensión para otros.


Imagina esto: montañas de papeles en tu escritorio, la silla de tu habitación cubierta de ropa, tus cremas, lociones y maquillaje desperdigados en el baño, los juguetes de los niños por el suelo del salón...


Como te decía, para algunas personas una casa desordenada no es un problema sino lo normal. Pero para otras (yo soy una de ellas) es algo que genera ansiedad.


El orden del desorden


Hace una década aproximadamente se hizo un estudio en el que las mujeres que describían su casa como desordenada, caótica o llena de cosas, tenían altos niveles de cortisol (la hormona del estrés). Dicha hormona no disminuía de manera sana y normal a lo largo del día, sino que sus niveles seguían un patrón de curva que se parece al que se asocia con el estrés crónico.


Otro estudio reveló que la gente con una casa muy desordenada y abarrotada de cosas tiene una percepción negativa con su hogar y de la vida en general. ¿A ti te pasa?


Es importante reconocer que, cuando es excesivo, el desorden puede ser causa y efecto de un problema de salud mental.


Pero ¿por qué el desorden es el detonante de la ansiedad?


Hablando en términos generales, el ecosistema que nos rodea puede tener una fuerte influencia en cómo nos sentimos internamente y cómo nos comportamos. Piensa en lo distinta que es la energía que sientes estando en un concierto o en un evento deportivo. También lo es cuando te vas a caminar o andar en bicicleta en plena naturaleza.


El ambiente que nos rodea puede influir en nuestro ánimo, para mejor o peor y cada persona responde diferente a esos distintos ambientes. Por ejemplo, algunos se sienten incómodos o nerviosos en un festival de música lleno de gente y otros están encantados de la vida.


Pues lo mismo pasa con tu hogar.


Por otro lado, todos tenemos diferentes niveles de tolerancia respecto al desorden y la desorganización. Aquellos propensos a sentir ansiedad puede que tengan este umbral de tolerancia más bajo que el resto de la gente.


Hay personas que se sienten bien con un cierto grado de desorden a su alrededor, ya que así se sienten más libres y más creativos. Mientras que otros se sienten agobiados incluso cuando ven un poco de desorden. Seguramente porque asocian ese desorden con sensación de falta de control, saturación mental o falta de energía.


Sensaciones que no son nada agradables, por cierto.


La influencia de nuestro hogar en el estado de ánimo


Para algunas personas su hogar es su santuario, lejos de la sobre estimulación del mundo y el exceso de trabajo diario. Una casa desorganizada puede ser un recordatorio de ese caos. Mirar a nuestro alrededor y ver desorden nos recuerda la larga lista de cosas por hacer, las tareas pendientes o en general hace que movernos por nuestra casa y encontrar cosas sea más difícil.


Ordenar puede ser una agradable distracción respecto a algo que nos hacía sentir ansiosos en primer lugar. Ordenar y organizar con plena consciencia puede ser una actividad muy recomendable, ya que te ubica en el aquí y ahora que te hace sentir bien de manera muy inmediata.





¿Qué hacer cuando el desorden dispara tu ansiedad?


Cuando vives sola, es más fácil mantener el orden y la organización de acuerdo a tus estándares personales. Probablemente tengas tu propio sistema de clasificación y limpieza. Si no es así, divide el proceso de ordenar en partes.


Por ejemplo, de habitación en habitación, pasando de un espacio a otro una vez hayas terminado con el anterior. Puedes crear mantras para ir repitiendo que te pueden ayudar en este proceso.


Cuando vives con más gente (pareja, compañeros de piso, hijos) la cosa se vuelve más compleja. Te sugiero tener una conversación con ellos sobre el tema del desorden y los niveles tolerables para cada uno.


Llegad a un acuerdo ecológico y respetuoso para todos, podéis utilizar recordatorios visuales o alguna tabla semanal o mensual que os ayuda a organizaros. Cuéntales cómo te sientes cuando te sientes rodeada de desorden y trata de que sea algo a resolver entre todos, de forma equitativa.


Pide ayuda cuando sientas que la necesitas. Esta ayuda tiene que ser específica, es decir, sé específica en la tarea que quieras que te ayuden a realizar. Sobre todo cuando los otros no lo hacen de manera automática o espontánea (sí, ya sé que eso nos suele molestar mucho).


Pero no pidiendo ayuda en general, eso solo hará que te sientas frustrada o resentida, además de ansiosas. Me entiendes ¿verdad?


Mantén una habitación súper ordenada, cualquiera, incluso el baño, de esta manera podrás escapar del caos o refugiarte ahí si el resto de la casa es un lío.


Respira hondo y acepta el hecho de que un poco de desorden siempre habrá, solo por el hecho de convivir con gente.


Y esto me lleva al agradecimiento. Y tú te preguntarás qué tiene que ver agradecer con esto. Pues mucho desde mi punto de vista. Gestiona y agradece el desorden, los juguetes por el suelo, los platos sin fregar del fregadero, la bolsa de basura por sacar, la montaña de ropa por lavar...


Porque esto quiere decir que tienes una casa y una familia con hijos que te aman y que amas. Que tienes dinero para comprarles juguetes, que tienes comida para comer todos los días, que tienes ropa limpia para ponerte y así puedo hacer una lista interminable llena de pequeños detalles que te harán sentir plenamente agradecida.


Buen día. Buena vida.


Vero


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