GRACIAS UNIVERSO

No pidas, no ruegues, no te quejes. En lugar de eso, mejor agradece. Agradece todo lo que tienes y lo que te has encontrado.

¿Y qué quiero decir con esto?

Cada vez que pedimos algo, cualquier cosa, da igual como lo pidas, si es de manera tranquila, en un susurro o gritando. Detrás de esa petición lo que hay es una carencia, es la idea de que no tienes ESO que anhelas en este momento y por eso lo pides.

Lo paradójico de esto es que, sin darte cuenta, le estás diciendo al Universo que tienes una carencia y él entiende precisamente ese “no lo tengo” que está detrás de tu petición o ruego. Y así, rápida y obedientemente el Universo hace más evidente esta carencia.

Esta es la razón por la que te digo que agradezcas. Cuando agradeces ya has creado una realidad, das por hecho que ya ha sucedido. Y el Universo nuevamente te obedece y te da más de lo mismo.

La clave está en DARLO POR HECHO, darlo por sentado. Cuando haces esto el Universo se da cuenta de que está desfasado, desactualizado y quiere ponerse al día y cambia. Pero si lo acompañas de un intenso sentimiento de agradecimiento.

Por ello:

No pidas un trabajo. Di: gracias por ganarme el pan con facilidad.

No pidas conseguir una pareja. Di: gracias por el amor que siento que me colma de alegría.

No digas dame salud. Di: gracias por gozar de una perfecta salud.

No digas dame una casa. Di: gracias por disponer una vivienda llena de amor.

No digas dame o necesito dinero. Di: gracias por la abundancia en todos los sentidos.

Y, cada vez que puedas y tengas un ratito contigo misma, llénate de amor y gratitud. Siéntelos en cada célula de tu cuerpo y agradece, agradece y agradece.

Gracias por estar ahora aquí conmigo.

Buen día. Buena vida.