¿Por qué ahora me cuesta dormir?
La calidad de nuestro sueño afecta a nuestro estado de ánimo, a nuestro peso, a nuestro sistema inmunológico y a muchas cosas más. Y en estos tiempos de pandemia tener un sistema inmunológico fuerte es fundamental para reducir las posibilidades de enfermar.
Los problemas de sueño cada vez afectan a más personas en todo el mundo. Es un hecho, por eso me pregunto qué nos está pasando para que conciliar el sueño se convierta en un reto. Qué hacemos y qué no hacemos durante el día.
Y, sobre todo, a medida que se acercan las últimas horas de la tarde. Ya que es fundamental para nuestro dormir nocturno.
¿Cómo conciliar mejor el sueño?
Leyendo a especialistas del sueño podemos hacer una especie de lista de cosas que debemos evitar antes de irnos a dormir. Algunas ideas profesionales para afrontar la noche con más tranquilidad. Vamos a ver algunas de ella y la probamos juntos.
No ver las noticias o programas que nos alteren
Ver las noticias por la noche nos crea la misma ansiedad que ver una peli de miedo. Y no tomes a broma lo que digo. Las noticias están llenas de cosas que nos provocan preocupaciones o emociones no deseadas que hay que evitar antes de irnos a dormir.
Esas imágenes de violencia o miedo estimulan nuestra mente y no nos permiten sentirnos relajados, que es lo que hace falta para conciliar mejor el sueño.
No hacer ejercicio físico
Y por experiencia sé que una actividad física potente por la tarde noche no es buena idea. Yo entreno a las 21,30 h porque, por motivos de agenda, no me es posible hacerlo antes. Pero yo sé que esas noches me costará dormirme. No es cierta la idea de “cansarse para dormir mejor”.
No tomar nada que tenga cafeína u otros estimulantes
Es decir, café, refrescos, bebidas energizantes, té frío. Es una cuestión química y creo que aquí no hay mucho más que decir.
No trabajar en la cama
En estos tiempos de pandemia muchos somos los que trabajamos en casa y por ello nuestras casas también son nuestra oficina. Pues bien, hay que evitar a toda costa trabajar desde la cama. Nuestro cerebro tiene que tener claro que la cama es para dormir o tener relaciones sexuales, no para trabajar.
Mientras hagamos actividades mentalmente estimulantes en la cama, nuestro cerebro se confunde y asocia la cama con estar despierto y activo. Mantengamos nuestro dormitorio como un santuario al que acudo para relajarme, descansar y dormir.
No tener conversaciones tensas ni subidas de tono con nuestras personas significativas o más cercanas
No hay que irse a dormir enfadados, ni con malos sentimientos dentro nuestro. El enfado no es relajante precisamente. Además, si nos alteramos o perturbamos con frecuencia por la noche creamos un patrón poco sano y destruimos las posibilidades de tener intimidad sexual.
Es importante construir un ambiente de paz y armonía para tener una buena noche de sueño.
No usar aparatos electrónicos antes de irse a la cama
Y si lo hacemos se recomienda usar un filtro de luz azul. La exposición prolongada a una luz brillante por la noche nos mantiene despiertos y reduce la cantidad de sueño que disfrutaremos. Además, reduce también la producción natural de melatonina, esa bendita hormona que nos ayuda a conciliar el sueño.
No beber alcohol antes de irnos a dormir
Y aquí caemos en una paradoja. El beber alcohol ayuda a dormirnos más fácilmente al comienzo de la noche, pero altera la arquitectura del sueño. Y como resultado tenemos una mala noche de sueño. Curioso ¿verdad?
La cama no es un refugio para matar el tiempo
Permanecer en la cama solo las horas que dormimos. No pasemos más tiempo del que nuestro sueño requiera. De lo contrario le estamos diciendo a nuestro cerebro que la cama es un lugar para dormir y para estar despierto.
Esto crea confusión en nuestra psique y, como resultado, nuestro sueño es menos eficiente y de peor calidad.
Ahora ya sabes, es importante hacer una higiene del sueño. Te invito a eliminar esos malos hábitos que nos parecen inocuos pero que en el fondo nos perjudican y no nos dejan dormir bien.
Y, como ya dije al empezar el artículo, luego nos lleva a estar de mal humor, a engordar y debilitar nuestro sistema inmunológico. En definitiva, a estar sanos y a disfrutar de la vida.
Buen día. Buena vida.
Vero
