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¿Te ayudo con tu ansiedad?


Te ayudo con tu ansiedad

Si quieres yo te ayudo con tu ansiedad, porque ¿quién no la ha sentido alguna vez? Pero no te preocupes, es algo normal.

Yo tengo una hija adolescente que en determinados momentos sufre ataques de ansiedad. Y con esto me refiero a que tiene una serie de sensaciones a nivel corporal o síntomas que le están diciendo que está desbordada.

Porque ha sobrepasado su umbral de tolerancia psíquica y sus sentidos se colapsan. Llega incluso a ver borroso y marearse. Y se asusta muchísimo.

Sé que ella no está sola con su ansiedad, que es algo con lo que mucha gente convive casi a diario.

No voy a entrar en las causas de la ansiedad ni en las razones por las que mi amada hija se siente así.

No hablaré de su organización, de qué situaciones son las que la desbordan. Ni tampoco de su dejar las cosas para última hora o de su manejo del tiempo. Quiero contarte esas “ayudas” o sugerencias que le hago cuando se está sintiendo tan mal.

Pequeñas ayudas para superar un ataque de ansiedad

Una de esas ayudas es sugerir que tome contacto con el aquí y el ahora. Esto es a través de la respiración consciente. Sabemos que cuando sentimos ansiedad estamos proyectándonos en un futuro que sentimos fuera de control.

Yo le ayudo a echar un cable a tierra, como el ancla. Y tomar consciencia de nuestra respiración es lo más rápido y lo que tenemos más a mano. Le pido que haga unas respiraciones profundas, hasta que reduce un poco su ritmo cardíaco.

Otra opción es localizar los síntomas físicos en su cuerpo. Es decir, dónde está sintiendo esa ansiedad en ese momento. Una vez hecho esto le pido que se centre en su cuerpo, que toda su atención esté focalizada allí. Después le digo que deje que los síntomas evolucionen.

Sin juzgar, sin valorar. Nuestro cuerpo es nuestro gran aliado, no es nuestro enemigo. Nuestro cuerpo nos está diciendo que paremos, que nos tomemos un respiro. ¿Te ha pasado? Pues quizás deberíamos hacerle caso.

Otra de las ayudas que le ofrezco es sugerirle que cambie de actividad durante un rato y que haga algo sencillo y placentero.

Como le suele ocurrir en casa, ella suele darse una ducha y después retoma lo que estaba haciendo. Así, lo hace desde un lugar interior diferente, porque ha roto el círculo en el que estaba metida.

Romper con el entorno también funciona. Le pido que se vaya a un lugar diferente, que cambie de habitación, que salga fuera y que le dé el aire fresco. Le pido un cambio de escenario. Sin móvil, sin música, sin estímulos externos artificiales.

En ocasiones nos damos un gran abrazo y le digo lo mucho que la quiero y que ella puede contar conmigo siempre. Esta es una forma de ponerme en contacto con la niña que lleva dentro. En ese momento esa niña se encuentra muy desconcertada, asustada y está buscando ser reconfortada.

Trucos con tu ansiedad y que te servirán para abordar de nuevo el problema

Si has probado alguna de mis sugerencias anteriores verás que suelen funcionar. Quizás a ti te sirvan unas más que otras, pero verás que hay muchas formas de abordarlo. Y, si lo prefieres, sugiérele a tu pareja o al familiar más cercano que lea esto para poder ayudarte.

Voy a contarte otras de esas ayudas que pongo en práctica con mi hija. De esta forma la ayudo a resolver ese conflicto que tanto la aflige y seguir adelante.

Le sugiero que haga una aproximación diferente a ese problema que antes la bloqueó. A esta altura podrá hacerlo porque ya ha salido del bucle en el que estaba metida y ya puede ver la situación desde un punto de vista distinto.

Cuando estamos muy nerviosos y ansiosos, nuestro foco de atención se estrecha y ya no podemos ver más soluciones que la que estamos aplicando. Y es obvio que esa no es la correcta sino el desencadenante. Por eso hay que buscar otras vías.

Más adelante, cuando ha pasado todo, podemos sentarnos a analizar la situación. Además del porqué que desencadenó el ataque de ansiedad para ver qué es lo que lo dispara. Y así sabremos cuáles son las medidas de prevención a aplicar.

También es interesante conocer esos desencadenantes para que, en el futuro, vivamos esa situación de una manera diferente.

Reflexiones para ti y para mí

En ocasiones me digo a mí misma que, para poder ayudar a mi hija, no debo juzgarla, ni cuestionarla, ni imponerle mis tiempos y mis maneras de hacer las cosas. Porque lo mejor que puedo hacer en ese preciso momento es darle amor y apoyo incondicional.

Ya habrá tiempo para hablar del tema, siempre desde el amor y el respeto, por supuesto. Por eso te insto a que tú hagas lo mismo ante una situación similar con un ser querido. Dale tiempo, no regañes, no te alteres, no es el momento de "te lo dije" sino de "aquí me tienes".

Como ves son consejos sencillos que se pueden aplicar en cualquier momento, cuando la ansiedad haga su aparición.

Si sufres ansiedad con frecuencia o alguien de tu familia la padece y quieres acompañamiento con este tema, llámame que juntas podremos salir adelante. Buen día. Buena vida.

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