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Sobreviviendo en casa al coronavirus

Estamos viviendo una situación anómala que nunca pensamos que sucedería. Ha surgido un nuevo tipo de gripe de muy fácil contagio que ha llevado a los gobiernos, como medida sanitaria para evitar más contagios, a pedirnos, a obligarnos a permanecer en casa, pudiendo salir a la calle solo por cuestiones de subsistencia básica.

Cuando todo esto empezó lo primero que me vino a la cabeza fue: “anda, como en un libro de Stephen King" (soy su fan número uno, como decía Annie Wilkes en Misery). Y a día de hoy sigo pensando lo mismo.

En este momento de crisis sanitaria y reclusión “forzosa” quiero dirigirme a dos colectivos: los padres con hijos y los que no tienen hijos y están en pareja. La situación es muy distinta para ambos grupos, aunque las necesidades básicas sean las mismas, la forma de sacarla adelante difiere.

Empiezo hablando a esos padres “agobiados” por momentos. Os haré algunas sugerencias:

- Si los niños preguntan qué está pasando (su rutina ha dado un vuelco total, normal que pregunten) o si preguntan sobre el coronavirus, informarles de manera sencilla sobre los hechos que se conocen y de cuestiones prácticas sobre las medidas que se han tomado y para qué sirven. Procurando comunicar esto con serenidad y con tono esperanzador y transmitiendo calma y seguridad.

- Haced actividad física en familia como si se tratara de un juego. Si los niños hacen algo de ejercicio físico luego están más calmados.

- Tened una rutina diaria donde se incluyan distintos tipos de actividades que los entretengan, así como también escolares. Si ya sé que esto puede resultar agotador, pero es un momento genial para compartir cosas que antes no podíais por estar fuera de casa trabajando.

- Hablad con ellos de cuán afortunados sois por tener una casa con comodidades y una familia con la que compartir. Ah, decíroslo a vosotros mismos, por supuesto, porque eso hará que os quejéis menos. Recordad: el agradecimiento atrae abundancia y la queja atrae pobreza de todo tipo.

- Dedicad momentos para contaros cosas, confidencias, estrechar lazos con estos hijos a los que antes veíais poco.

- Buscad situaciones de risa y disfrute juntos.

- Implicad a los niños en las tareas y quehaceres del hogar, teniendo en cuenta sus edades y capacidades.

- Haced juntos sencillos ejercicios de meditación, relajación, yoga. Es un momento ideal para empezar a sembrar estas semillas que luego les serán útiles a lo largo de la vida.

- Enseñadles a tomar consciencia de su cuerpo y su respiración. La respiración consciente es la gran estrategia para calmar la ansiedad, mejor que cualquier medicamento. Es una herramienta que podrán utilizar siempre que se sientan intranquilos.

- Buscad momentos para estar solos y dedicarse un poco a vosotros mismos. En esos momentos podéis echar mano de Netflix, HBO, etc. Buscamos algo juntos que ellos puedan ver y decidles que mientras ellos ven la tele, vosotros vais a descansar o a relajaros un rato. Que ellos entiendan que los momentos de soledad y recogimiento son necesarios y sanos. La actividad por la actividad no es el fin.

- Hablad de las emociones que sentís, de los miedos, dudas y preocupaciones. Permitidles expresarse dentro de un ambiente de amor, seguridad y protección. Ayudadles a manejar esas emociones incómodas y a veces perturbadoras.

- Y repito, hacerles ver lo afortunados que sois todos por teneros los unos a los otros.

- Ah me olvidaba, si vais a castigar a vuestros hijos tener en cuenta esto: con el castigo no se enseña. El castigo solo sirve para que alguien deje de hacer una determinada conducta. Hay que enseñar o modelar la conducta alternativa que queréis que hagan. Y cuidado con castigar en caliente, porque seguramente el castigo será desmesurado y difícil de mantener en el tiempo y más todavía, en esta situación de encierro.

Ahora es el turno de los que estáis en pareja o solos en casa:

- Este es un momento ideal para conoceros más a nivel individual y a nivel de pareja. Y así, saber más sobre esa persona con la que estoy compartiendo espacio y tiempo, y a la que antes veía por las tardes, noches ya cansados después de un largo día de trabajo.

- Mantenerse informados de lo que está ocurriendo buscando fuentes fidedignas. Que esa información tenga como objetivo entre otras cosas la toma de decisiones de tipo práctico. Las redes sociales permiten sentiros conectados con el mundo del que estáis aislados y eso es bueno. Pero, una sobreexposición a ellas es altamente perjudicial sobre todo si leéis publicaciones alarmistas que difunden el miedo, inseguridad y desesperanza.

- Mirad hacia vuestro interior tratando de identificar emociones y sentimientos para poder reconocerlos y así gestionarlos. Un breve apunte: la diferencia entre emoción y sentimiento, radica en que este último es una emoción acompañada de un pensamiento que valora, compara, juzga. Emociones son: tristeza, enfado, alegría, miedo, asco. Sentimientos: impotencia, frustración, rechazo.

- ¿Os acordáis cuando decíais que no teníais tiempo para hacer ciertas tareas en casa? Pues este es el momento ideal para poneros al día con ellas.

- Dedicad un tiempo maravilloso a disfrutar de los pequeños placeres que soléis postergar por falta de tiempo: leer, cocina, ver pelis o series, escuchar música, escribir.

- Tened una rutina donde se incluyan actividades de distinto tipo.

- Practicad ejercicios de relajación, meditación, yoga.. Solos o en pareja. Si sé poco sobre el tema en internet hay una oferta ilimitada y para todos los gustos.

- Buscad de manera activa situaciones que os hagan reír. La risa es mágica y genera bienestar inmediato.

- Haced ejercicio físico. Mi marido y yo solemos ir a entrenar tres veces por semana. Pues seguimos haciéndolo en casa, incluso mantenemos los mismos días y horas de entrenamiento. El ejercicio físico sienta de maravilla.

- Recordad que vuestra casa es vuestro hogar, vuestra cueva donde os tenéis que sentir a gusto, seguros, protegidos, recogidos. Dedica tiempo a cuidarla, mejorarla y embellecerla. Es una forma de estar en contacto con nuestro lado yin/femenino que todos tenemos. Es una energía muy apaciguadora y sanadora.

- Comed bien, de una manera consciente y sana. Cuidaos y quereos a través de la comida y de esos pequeños placeres que os concedéis.

- Agradeced, agradeced y agradeced. El agradecimiento es la base de la abundancia y del bienestar. Hay cientos de pequeñas cosas que agradecer. Tomad consciencia de ellas y agradecedlas.

- Toda crisis lleva nuevos descubrimientos y aprendizajes, sobre los demás y sobre todo, sobre uno mismo.

- Hablad con vuestra pareja. Redescubrid a ese ser con el que compartís vida y proyectos. Hacedlo desde el amor. Pasar tanto tiempo juntos en un espacio cerrado puede sacar lo mejor y lo peor de vosotros. Por eso repito: comunicaros desde el amor y el respeto.

- Procurad momentos de silencio y recogimiento, momentos de no hacer nada, de pura contemplación, de contacto con vuestro verdadero ser de luz.

- No podéis controlar lo que sucede fuera, en el mundo exterior, pero si podéis controlar la manera en que percibís ese mundo. La realidad interior es fundamental. Las percepciones del mundo os aportarán paz o desasosiego. Todo está en el interior.

Os deseo amor, paz, reencuentro con vosotros mismos, con vuestra pareja, con vuestras familias. Os deseo reencuentro y redescubrimiento desde el amor más sincero.

¡Ah! Olvidaba recordaros que paso consulta vía Skype o vídeo llamada. Así que podéis contar conmigo para acompañaros en estos días “particulares”. Llámame y quedamos.

Buen día. Buena vida.

PD: gracias Stephen King porque leyéndote todos estos años estoy mejor preparada para esta situación :)

Vero.

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